LA FILOSOFÍA POLÍTICA Y JURÍDICA DE JUAN PABLO
DUARTE
La
concepción que abrazo Duarte sobre la filosofía y la política era muy
superior a la de muchas de sus coetáneos
dominicanos, ya que en el país predominaba el desarrollo de una práctica
política carente de fundamentos teóricos o filosóficos sólidos, sin importar que
su orientación ideológica fuese conservadoram nacionalista o liberal.
La política
no es una especulación: es la ciencia mas pura y la más digna, después de la
filosofía, de ocupar las inteligencias nobles¨.
En esta definición de Duarte sobre la filosofía y la política
vemos al poder ración propia de un experto en los estudios clásicos de la antigüedad griega, tal como
observó certeramente nuestro gran humanista Pedro Enríquez Ureña.
La
filosofía, área esencial del conocimiento humano, hace posible que los
individuos puedan atalayar con mayor visión las diferentes esferas de la
realidad que ésta examinada con sentido crítico. Una de las múltiples
disciplinas que se derivan de la filosofía es la filosofía policía, la que le
permite al sujeto auscultar con gran profundidad aquellos aspectos que sirve de
fundamento a las profanidades de las políticas, del poder, del estado y de la
diferente forma de gobierno.
Esto nos deja
ver que el estagirita definido la política como la ciencia suprema y directiva
de todas las demás, por cuantos su fin esencial es lograr el bienestar de los
seres humanos, de la ciudad (o el Estado) y de la comunidad cívica.
Aristóteles
al igual que Duarte, le reservo un lugar especial a la política, ya que ambos
la catalogaban indistintamente como: la
ciencia suprema y directiva de todas las demás, orientada al logro del
bienestar de los seres humanos, del Estado y de la comunidad, el primero; o la
ciencia más pura y más digna, después de la filosofía, de ocupar las
inteligencias nobles, el segundo.
La ciudad es
el fin de aquellas, y la naturaleza es
fin. En efecto, lo que cada cosa es, una vez cumplido su desarrollo, decimos
que es su naturaleza, así de un hombre, de un caballo o de una casa. Además,
aquello por lo que existe algo y su fin es lo mejor, y la autosuficiencia
es, a la vez, un fin y lo mejor.
Platón y
Duarte le reservaban un lugar privilegiado a la filosofía y a la política entre
quienes ejercen las funciones de gobernantes, al considerar que estos deben ser
los mejores en estas dos ramas del saber humano, al considerarlas las
disciplinas más dignas de ocupar las inteligencias más preclaras y excelsas en
un determinado país, territorio, región o en el cosmos.
La Huella Romántica
El periodo
que va desde 1828 hasta 1831, y acaso durante todo el trayecto de su vida, el
patricio Juan Pablo Duarte estuvo influido por la abrazadora perspectiva
romántica, en la literatura, en la música y en la política de las últimas
décadas del siglo XVII y de las primeras décadas del siglo XIX.
El
romanticismo, que tuvo como entre sus más grandes precursores al filosofo
ilustrado francés Jean-Jacques Rousseau y como su ultimo gran icono al poeta
alemán Henri Heine.
En la
fundación de La Trinitaria, Duarte se inspiro en la sociedad secreta
revolucionaria Los Numantinos, creada por Espronceda en 1823. Templarios llenó
Duarte a sus compañeros de La Trinitaria, y en sus versos repitió tantas veces
la palabra templario-puesta en boga por Espronceda- que es, como dice Allison
Peers, el peregrino y el ermitaño utilizados por el movimiento romántico para
ilustrar su concepto del cristianismo.
Hay un grupo
de composiciones de Espronceda en que se descubren esas intimas rebeldías con
que los espíritus nobles reaccionan frente a la iniquidades e injusticias de
que la sociedad egoísta de los hombres está formada: que el poeta se compenetra
con el inmenso acervo de las angustias humanas y armonizadas, en un fondo de
lamentaciones, su propio dolor con el dolor de todos. Tal es el caso de Duarte
poeta. Su poesía, poesía de la angustia, fue la expresión de su dolor y del
dolor de todos.
Es evidente
que Duartes en la Madre Patria en los mejores tiempos del romanticismo se
saturó de su fuerte acento, inapagable acento que perduraría por siempre en su
vida y su obra.
Cuando
duarte llego a Barcelona hacia el año 1828, esta ciudad era el mayor centro hispánico
del romanticismo en las primeras desucadas del siglo XIX, momento celebres en
que predominaban las reuniones juveniles en asambleas, consejos sociales y
academias que estimulaban los buenos estudios, la lucha por la nacionalidad y
el desarrollo cultural y político tanto individual como colectivo.
Del primer
romanticismo español, el poeta José Espronceda, de quien es muy probable el
Patricio tomara la idea de la sociedad secreta La Trinitaria que fundaran el 16 de julio de 1838. Decimos
esto porque hacia el año 1823 Espronceda había fundado la sociedad secreta Los Numantinos,
organización revolucionaria que estuvo entre los factores que desencadenaron la
prosecución y posterior exilio del bardo español.
En las
composiciones puesticas de Espronceda como en las de Duarte, se descubre las
intimas rebeldías con los espíritus nobles reaccionan frente a las iniquidades e injusticias de que
está constituida la sociedad individualista de los hombres. De igual manera, la
lirica de ambos poetas se compenetra con el inmenso acervo de las angustia
humanas y armoniza, en el muro de las lamentaciones, su propio dolor con el
dolor de los demás.
El
importante dogma de la fraternidad humana, este dogma desconocido de todos y
tan útil en época cual la nuestra, resulta, pendenciera y fratricida, no halló
interprete más hábil n abogado más ardiente.
El dogma
scottiano de la fraternidad humana fue dogma de Duarte y nadie como él le dio
vida entre nosotros.
En ningún
momento de nuestra historia hubo en tan excelso grado, como en los aurales días
de La Trinitaria, interprete más hábil ni abogado más ardiente del dogma de la
fraternidad humana. De ese dogma romántico nació nuestra República.
La
fraternidad humana, encuentran en el patricio dominicano, así como entre sus condiscípulos,
terreno fértil que haría fructificar en gran manera la idea de redención total
del pueblo dominicano frente a la comunicación haitiana.
El literato romántico
francés Víctor Hugo tuvo una gran influencia en las ideas filosófica, sociales
y poli citicas del patricio Juan Pablo Duarte, donde los sueños de justicia,
libertad, entusiasmo, fe, ternura, amor y felicidad para todos los seré
humanos, se convirtieron en los paradigmas mas importantes del romanticismo
social de que se imbuyo el proceso de construcción de la patria dominicana.
Lo que
revela que Duarte fue el primer entre nosotros en unir el concepto de libertad
y el de propiedad a los conceptos derivadas de las leyes sabias y justas de los
deberes que impone la filantropía, que
son en esencia los principios de las luchas sociales de nuestros tiempos, desde
Hostos-se dijeras hasta Juan XXIII.
El ideario político
de Duarte, pues, su magno apostolado, es cosa vigente, de fuerza imperativa,
quizás mucho más para mañana que para nosotros días.
EL INFLUJO ILUSTRADO
En el año
1844 tras su regreso al país al ser proclamada la independencia Nacional. El
patricio postula el principio de la primicia de la ley ante todos los actos
tanto de gobernantes como de gobernado, el principio de la sabiduría nacional como ley fundamental
que debe regir a la República Dominicana como nación libre e independiente, el
principio de la soberanía popular tanto en el origen del gobierno como su forma de elección, el
sistema de gobierno a establecer, su esencia y la manera de actuar.
El romanticismo,
el liberalismo, el nacionalismo y el socialismo utópico. Con la excepción de la
ultima, cada de ellas penetró en su brindándole las esencias de su actuación
futura. Pero el caso no puede ser estudiado a la ligera, pues tales corrientes,
pero a que respondía al común denominador de la libertad, ofrecían
contradicciones dialécticas reciprocaras
y a menudo internas.
EL INTERACTIVO DE LA LEY EN DUARTE
Sin dudas
algunas, el patricio Juan Pablo Duarte tenía un muy elevado concepto de la ley,
al entender que nadie, por muy encobrado que esta ni debe considerarse por
encima de la ley. De igual modo, entendía que nadie, por el simple hecho de ser
un ciudadano común, pues situarse al margen
de las disposiciones legales vigentes. Estos quiere decir que todo acto
que ejerza cualquier persona, gobernante o gobernado, autoridad o ciudadano,
debe hacerlo exclusivamente con arreglo a lo que dispone la ley.
De
conformidad con Rousseau, Duarte considero que la Ley ha de emanar de la sola
autoridad legítima existente: a sabe: El poder soberano del pueblo: y que ella
debe regir en un plano de igualdad así a los avasallados como a la clase
dominante.
Ella es la
que da al gobernante el derecho de mandar; pero es también la que impone al
gobernado las obligaciones de obedecer.
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La Ley es
igual para todos sin distinción de personas y sexos.
En
definitiva, Duarte es del parecer que es la ley la que otorga al gobernante el
derecho de mandar e imponer al gobernado la obligación de obedecer, razón por
la cual toda autoridad que no haya sido erigida con arreglo a lo dispone la
misma es ilegitima y en consecuencia no tiene derecho alguno a gobernar, ni los
ciudadanos están en la obligación de obedecerla, pudiendo llegar a desconocerla
por la vía de la rebelión, si fuera necesario.
El texto de
Rousseau nos revela que hubo un momento en la historia de la humanidad en que
los seres humanos se vieron obligados a cambiar su modo de vida solitario, en
el estado natural, por un estilo de vida más gregario y colectivo que le
permitiera juntar sus fuerzas para resisitir las adversidades y los obstáculos
que el medio ambiente hostil les presentaba para poder subsistir.
SOBERANÍA NACIONAL Y SOBERANÍA POPULAR.
La soberanía
es concebida por el ilustrado Rousseau (1996:32-33) como ¨el ejercicio de la
voluntad general que jamás puede
enajenarse¨ al tiempo que la califica de ¨inalienable ¨indivisible¨ mientras
que del soberano dice ¨ no es más que el ser colectivo ¨ que Ñ no puede ser reapretando
mas que por si mismo¨.
La nación
dominicana es la reunión de todos los dominicanos.
La nación
dominicana es libre ( art.6º) e independiente y no es no puede ser jamás parte
integrante de ninguna otra Potencia, ni
el patrimonio de familia ni persona alguna propia ni mucho menos extraña.
1. La soberanía
inmanente, que es la encargada de regular los negocios domestico.
2. La soberanía
transeúnte, que es la que representa a la Nación en su relación con los demás
Estados.
Duarte
recalca como un aspecto esencial de la soberanía nacional, la idea de que la Nación
dominicana es libre e independiente, razón por la cual no es no `puede ser
nunca parte integrante de ninguna potencia extranjera, ni el patrimonio de
familia o persona alguna, y asea de nacionalidad dominicana o perteneciente a
otra nacionalidad. Esto significa que el territorio de la república Dominica no
puede ser enajenado por nadie.
DUARTE Y LOS PODERES DEL ESTADO
Donde Duarte
reafirma de forma definitiva su gran adhesión a los principios de la filosofía
política ilustrada, al tiempo que la trasciende al agregar el Poder Municipal
como el primer poder del Estado.
En este
texto se pode de manifiesto que Duarte dominaba
ampliamente la teoría liberal de John Locke sobre el poder legislativo y
el poder ejecutivo, así como la teoría ilustrada del barón de Montes quien
sobre la integración y división de los poderes legislativo, ejecutivo y
judicial.
A eso tres
poderes, Duarte agrega un nuevo poder, el Poder Municipal, el que coloca en
primer lugar.
EL LIBERALISMO PROGRESIVO DE DUARTE
Las ideas
liberales que profeso Juan Pablo Duarte estaba estrechamente relacionadas con
las ideas románticas e ilustrada que sustento durante gran parte de su vida, a
través de las cuales siempre abogo por el establecimiento de una república Dominica libre e
independiente de toda dominación extranjera.
Condeno toda
forma de de despotismo, al tiempo que postulo la necesidad de la construcción de
un sistema democrático representativo.
En otro
orden, el patricio Duarte entendía que la ley debía estar orientada
esencialmente a la conservación y protección de la vida, a la preservación de
la libertad en todas sus manifestaciones, al mantenimiento del honor de las
personas contra cualquier forma de difamación e injuria, así como el respeto irrestricto
de las propiedades de los individuos, lo cual revela la perspectiva amplia y el
alto sentido humanitario de que estaba imbuido el liberalismo político, económico
y filosófico que profeso el Fundador de la República Dominicana.
EL CRISTIANISMO COMPROMETIDO DE DUARTE
Duarte fue
un cristiano católico convencido y comprometido, quien, con apenas seis años de
edad, conforme lo revela su hermana Rosa Duarte en sus apuntes, se aprendió el
libro de catecismo y lo recitaba de memoria.
El ideal Duartiano
asumió característica ampliamente populares a través de la proyección pública
del trabajo de La Trinitaria, por medio de la Sociedad La Filantrópica y la
Sociedad Dramática, bajo el manto de sociedades para el desarrollo cultural y
la escenificación de obras teatrales, con el claro propósito de despertar el
sentimiento nacionalista y crear una conciencia revolucionaria en la población
de la parte oriental de la isla de Santo domingo.
Duarte y el
padre Gaspar Hernández se dedicaron a enseñar Filosofía, teología, Derecho e
Idiomas a los jóvenes inquietos de la época, lo que le atrajo gran simpatía y contribuyó
a acrecentar aun más el liderazgo natural que tenía entre la juventud de la
época.
Es
importante destacar la visión amplia que poseía Duarte en torno a la libertad
de conciencia, la tolerancia de cultos y el respecto a prácticas distintas a la
suyas.
La concepción
constitucionalista de Juan Pablo duarte sobre la religión evidencia una gran
apertura a la libertad de conciencia, a
la tolerancia de cultos y al funcionamientos de sociedades orientadas a la
defensa de la moral pública y de la caridad evangélica, sin renunciar a su
orientación cristiana a favor de la Religión Católica, Apostólica y Romana como
religión predominante del Estado Dominicano.
DUARTE, PUEBLO HAITIANO Y UNIDAD NACIONAL
Ahora
abordaremos un elemento clave en el pensamiento del partido Juan Pablo Duarte, pero que ha sido manipulado por
los sectores dominantes de Haití y la República Dominicana para endilgarle una
supuesta visión racista o anti haitiana que nunca tuvo.
Veamos lo
que dicen sus palabras desprejuiciadas, pero con un claro sentido de la
identidad histórico-cultural que caracteriza a los dos pueblos que conformaron
la Isla de Santo Domingo.
¨Entre los dominicanos y los haitianos no es posible una función.
Yo admiro al pueblo haitiano desde el momento en que recorrieron las páginas de
su historia, lo encuentro luchando desesperadamente contra poderes
excesivamente superiores, y veo como los vence y como sale de la triste
condición de esclavos para constituirse en nación libre e independiente.
Le reconoces
poseerse de dos virtudes eminentes, el amor la libertad y el valor, pero los
dominicanos que en tantas ocasiones han vertido glorificamente su sangre, lo habrán
hecho sólo para sellar la afrenta de que en premio de su sacrificios le otorguen
sus denominadores la gracia de besarles las manos.
Es esa perpetua
amplia la que le permite al patricio Duarte incorporar a su proyecto liberador
a todos los sectores sociales y a las diferentes razas que integraban la
sociedad multicolor dominicana de la primera mitad del siglo XIX, para
convertir en una nacional de la parte Este de la Isla de Santo Domingo frente los sectores
dominantes haitianos.
¨El llevaba los libros en el almacén de su padre, y daba clases
gracias, de escritura y de idiomas a los que demostraban deseo de aprender; los
enseñaba con gusto sin hacer distinción de clase ni de colores, lo que le
atraía una popularidad incontratable, pues estaba fundada en la gratitud.
Para Duarte,
el racismo, proviniera de blancos, negros mulatos o cobrizos, constituía una
aberración y una disminución de la condición humana.
La
concepción revolucionaria de la unidad racial que tenia Duarte para
entonces era muy necesaria, dado que para
el año 1838, fecha en que fue fundada La Sociedad Secreta Trinitaria, tan solo
había transcurrido 16 años de que en el país se había abolido formalmente las
esclavitud de los negros a manos de los blancos y todavía se expresaban enconos
y rencores.
Esto se pone
en evidencia más claramente en los siguientes versos suyos:
¨Los blancos, morenos, cobrizos, cruzados,
marchando serenos, unidos y osados, la Patria salvemos de viles tiranos. y al
mundo motorismo que somos hermanos ( Duarte, 1999-290).
Con esta perspectiva
visionaria, se adelantó a su época y entendió el concepto de Nación como algo
amplio e incluyente, que comprende a los diferentes sectores que habitan u
territorio, poseen una misma cultura, tienen un lengua común y se sienten
coparticipes de los mismo sentimientos patrióticos, de identidad nacional,
históricas y social, alegría, tristeza o esperanza que embargaban a los
integrantes de un determinado conglomerado humano.
De igual
manera, se consignan entre las primeras disposiciones legales del nuevo Estado intendente,
las siguientes:
¨Las leyes
fundamentales de ese Estado Garantizaran el régimen democrático, aseguraran la
libertad de los ciudadanos aboliendo para siempre la esclavitud y establecerán
la igualdad de los derechos civiles y políticos sin miramientos.
En esa misma
textura, siguiendo lo trazado por la Manifestaciones del 16 de Enero, se
inscribe el primer Decreto de la Junta Central Gubernativa del 1 de marzo de
1844.
Sin lugar a
dudas, el espíritu de los forjadores de la nacionalidad dominicana no estaba
animado por querellas de tipo racial o de otra naturaleza, sino por ideal del
libertad plena para todos los seres humanos.
esto nos
deja ver con bastante claridad que el antihaitianismo que luego se erigió en
ideología de Estado Durantes la dictadura trujillista, tomando como referencias
históricas las invasiones haitianas de 1801, 1805 y 1822 y las guerras post-
independentista libradas en tres haitianos y dominicanos entre los años 1844 y
1856.
EL ANTIIMPERIALISMO RADICAL DE DUARTE
La perspectiva
antiimperialista de Duarte comienza en sus los de mocedad (al darse cuenta que
nuestro país estaba bajo el yugo de la clase dominante haitiana) y adquiere su
máxima expresión con la formación de la sociedad Secreta La Trinitaria, el 16
de Julio de 1838, luego de haber esta propaganda junto a José María Serra por espacio de casi seis
años consecutivos ( 1833,1834,1834,1836,1837 y hasta mediados de 1838).
La actividad
antiimperialista desarrollada por Duarte le acarreo persecución política,
acusaciones malvadas y falaces, destierro a perpetuidad e incluso la muerte,
acciones propiciadas tanto por los gobernantes haitianos de turno como por los gobernantes
haitianos de turno como por los gobernantes criollos entreguistas y traidores
de la época post-independentista y post-restauradora, entre los que destacan
Tomas Bobadilla, Pedro Santana, Buena Ventura Báez y José María Cabral, entre
otros.
EL 27 de
febrero de 1844, sus campaneros de ideal, junto a los sectores conservadores
hateros, comerciante e intelectuales, que se unieron a la causa secretista a
ultimas hora, llevaron a cabo el golpe militar trinitario contra el gobierno
haitiano, lo que evidenció la justeza
del ideal antiimperialista y separatista
de nuestro Juan Pablo Duarte.
Al tomar
asiento en la Junta Central Gubernativa el 15 de marzo de 1844, Duarte nos da
una semblanza de su ideal antiimperialista en proyecto de realización, muestra
su agradecimiento a quienes constituyeron a su cristalización y sentencia a los
traidores de la Patria que pretendieran impedir su consumación definitiva.
Al describir
el carácter entreguista de la clase dominante dominicana, representada por esos
personajes siniestro y funesto, así como por otros, el patricio nos hace un
cuadro exacto de ella, cuando expresa en forma descarnada lo siguiente:
¨En Santo Domingo no hay más que un Pueblo
que desea ser y se ha proclamado independiente de toda potencia extranjera, y
una fracción miserable que siempre se ha pronunciado contra ese querer del
pueblo dominicano, logrando siempre por medio de sus intrigas u sórdidos
manejos adueñase de la situación y hacer aparecer al pueblo dominicano de un
modo distinto de cómo es en realidad.
Duarte avizoro con una clara visión de presente y de futuro
el interés de los franceses, españoles, inglesa y norteamericanos por
posesionarse de las riquezas naturales
de la República Dominicana y controlarla política y económicamente.
En ese caso Duarte
es enfático al plantear que no puede argüir neutralidad, sino que cada quien está
en la obligación de tomar partido en contra de la Patria o a favor de ella.
Es evidente
que nuestro Padre fundador tenia la más profunda convicción de que el lugar que
le corresponde a los dominicanos honorables y patriotas es el de la defensa a ultrajas
de enseña tricolor, aun a costa de la propia vida.
Duarte nos
hace una radiografía completa de la historia de la traición llevada a cabo por
el bando entreguista encabezado por Pedro Santana, Tomas Bobadilla y
Buenaventura Báez, habiendo colaborado estos dos últimos estrechamente con los
haitianos, tanto en la gestión de Jean Pierra Boyer como en la de Charle Herard
- Riviére; Pasando por la entrega vil de la Bahía y Península de Samana a
Francia, a través del denominado Plan
Levasseur, que había sido pactado con el cónsul Francés en Haití Andrés
Monsieur Levasseur a cambio de un protectorado que le garantizara a ellos
beneficios económicos, poder políticos y apoyos militares.
Por esta pieza infigurable Duarte hace una
narración desgarradoras de las vicisitudes por las que tuvieron que atravesar
él , su familia, sus amigos y sus compañeros de ideal por postrarse, ni
humillarse ni adorar, como hicieron otros mal llamados patriotas, al poder satánico que durante la Primera República y una vez consulado
la anexión a Español, ejerció el General Pedro santana en el país.
En los años
postreros de su vida, Duarte hace un recuento de todos aquellos personajes que
siempre actuaron contra el bienestar de la patria, al tiempo que avizoro a
todos aquellos personajes que aunque revestidos de un ropaje nacionalista,
urdía planes en contra de una República Dominicana libre, soberana e
independiente.
Buenaventura
Báez; fue diputado y presidente de la Asamblea Constituyentes que elaboro la Constitución
de Moca del 1858, fue vicepresidente de la República tras el triunfo de la
Guerra Restauradora, fue jefe del Ejercito del Suroeste y asumió la Presidencia
Provincial, tras producirse el acecinado de José Antonio (pepillo).
Duarte murió
sin ver concretizado su ideal antiimperialista a plenitud, el 15 de julio de
1876 en Caracas, Venezuela, ha tenido la República Dominicana desde el momento
mismo en que se proclamo la Independiente Nacional hasta el presente.
Conforme con
la parte medica registrada en su acta de defunción, el patricio murió de tesis pulmonar
( es decir, tuberculosis), una enfermedad fundamentalmente relacionada con el padecimiento
de inanición o hambre crónica.
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