El vitalismo surgió de la mano de una serie
de pensadores que se caracterizan por una especie de irracionalismo,
como reacción a los varios movimientos revolucionarios socialistas
de la segunda mitad del siglo XIX.
El vitalismo es la doctrina filosófica caracterizada por una afirmación y exaltación de la
vida en toda su magnitud y con todas sus consecuencias. A los filósofos que
coinciden en calificar a la vida como la realidad principal, interesados en
conocerla y comprenderla, se les agrupa bajo el rubro de vitalistas, pero entre
ellos no hay uniformidad doctrinal debida principalmente a las diferencias en
la manera de concebir la vida.
Aún cuando cada filósofo vitalista tiene su propio concepto acerca de la
vida, son dos los que predominan: el biológico y el biográfico.
El primero concibe a la vida en su
dimensión natural, esto incluye la obediencia y respeto hacia las leyes
naturales, así como su aplicación práctica con el fin de obtener una mayor
vitalidad que beneficie al ser humano en su existencia. El segundo la considera
como la existencia humana en cuanto es vivida.
El vitalismo tiene dos principales manifestaciones. La primera
de carácter científico cuyo principal portavoz es Hans Driesch, según la cual
es reacción contra el mecanicismo materialista que propugna la reductibilidad
de lo vivo a los procesos físico-químicos de la materia inerte.
Postula la existencia necesaria de un principio vital ajeno a
la materia que explica los complicados fenómenos de lo viviente.
La segunda manifestación es de carácter filosófico, y es la
que propiamente se llama vitalismo o filosofía de la vida.
A ésta se debe que la filosofía consiguiera alejarse de las
“intromisiones científicas” sobre todo de las físicas; precisamente por
remarcar el carácter diferenciado de las realidades vitales no susceptibles de
un tratamiento sólo matemático.
También se debe al
vitalismo la reacción contra el racionalismo exagerado que supuso el idealismo
alemán posterior a Kant. Por estas razones exaltan los vitalistas lo siguiente:
1- La vida como realidad radical.
2- Ontológicamente, la vida es lo sustancial del hombre.
3- Gnoseológicamente, conocer la realidad prescindiendo del
razonamiento y utilizando la vivencia, la intuición que simpatiza con lo que
quiere conocer (más que razonar sobre las cosas hay que tener experiencias
vitales de ellas o con ellas).
4- Axiológicamente (filosofía de los valores) no hay otro
criterio para jerarquizar los valores, que determinan qué es lo bueno y lo
malo, más que la vida.
No debemos
entender el concepto vida únicamente como el proceso biológico que se
desarrolla durante un período de tiempo afectando a lo animal en el hombre,
sino más bien del modo más amplio posible.
La respuesta que
ofrece el Vitalismo al problema de la vida es eminentemente metafísica. Su
premisa esencial es que la vida está animada por una “entidad
sustancial”. Una “entidad” es un “ser”, es decir, algo que es y existe. La
condición de “sustancia”, desde la Física de Aristóteles, vale por
“fundamento”, y sugiere “lo que está debajo”, lo que “permanece” o “no cambia”.
Una sustancia es “real” y “universal”, pero su expresión concreta es
“diversa”, “contingente” y “cambiante”.
Un modelo para
comprender este argumento podría ser la guerra: la guerra es una sustancia,
pero su expresión en las guerras concretas son contingentes. Del mismo
modo, la vida es una sustancia, pero las vidas concretas son
contingentes.
El
tema central del Vitalismo filosófico es definir el carácter de la “entidad
sustancial”. Para comprender lo que es ese concepto se procede por definición
negativa, o sea, se aclara los que el concepto no es.
Los
Vitalistas establecen que no equivale a la “energía” de la que habla la física,
y que tampoco puede identificarse con una serie de “reacciones químicas”
combinadas. Identificarla con ello, equivaldría a aceptar explicaciones
mecanicistas para un proceso profundamente complejo.
Para
el Vitalismo Filosófico, la vida es más que física, biología y química, por lo
que no puede ser explicada por las Ciencias Naturales por lo que no puede
ser reducida a categorías que sean extrañas a ella: lo orgánico (vivo) no puede
surgir naturalmente de lo inorgánico (no vivo).
Una deriva interesante de aquella
argumentación es que, dado que las categorías de la Sociología y la
Historia en el marco del Positivismo y el Historicismo procedían de las
Ciencias Naturales y eran también ajenas a la vida, tampoco servirían para
explicarla. Para ver la relación de ambos discursos, hay que tomar en cuenta
que la pregunta que se formula el Vitalismo no es sociológica ni histórica.
La primera
interpreta la vida en el sentido biológico. Subraya el papel del cuerpo, los
instintos, lo irracional, la naturaleza, la fuerza y la lucha por la
subsistencia en el comportamiento histórico y social. Si bien su mejor modelo
puede ser el pensador alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900), tiene numerosos
antecedentes en la historia cultural de occidente. Tucídides y Jenofonte, historiadores
de la guerra de origen griego del siglo 5 AC, entendían la historia y la
sociedad como guiadas por figuras dotadas de una notable la “Voluntad de Poder”
entendida como una fuerza interior instintiva, y el “Azar” o la “Fortuna”,
entendida como una fuerza exterior que retaba a la otra en una constante agón
o lucha.
Del mismo modo, el Gnosticismo, sistema
especulativo desarrollados entre los siglos 1 al 4 DC, si bien reconocía el
valor del pensamiento racional, legitimaba el conocimiento que se adquiría a
través de la observación y la experiencia, es decir, el saber intuitivo o
instintivo. El Gnosticismo creía que el conocimiento de Dios y del mundo -la
sociedad y la historia- tenía en el yo el punto de partida, una fuerza
interior.
Es un aspecto del voluntarismo que
argumenta que los organismos vivos (no la materia simple) se distinguen de las
entidades inertes porque poseen fuerza vital (o élan vital, en
francés) que no es ni física, ni química. Esta fuerza es identificada
frecuentemente con el alma de la que hablan muchas religiones.
Los vitalistas establecen una frontera clara e
infranqueable entre el mundo vivo y el inerte. La muerte, a diferencia de la
interpretación mecanicista característica de la ciencia moderna, no sería
efecto del deterioro de la organización del sistema, sino resultado de la
pérdida del impulso vital o de su separación del cuerpo material.
La filosofía vitalista tiene
como primera distinción de las filosofías tradicionales entender la realidad
como proceso. El vitalismo marchará paralelo a otra corriente filosófica que coincide
con él en estas características y en la crítica a las filosofías predominantes
del siglo. XIX (idealismo y positivismo).
El vitalismo tiene dos principales
manifestaciones. La primera de carácter científico cuyo principal portavoz es
Hans Driesch, La segunda manifestación es de carácter filosófico, y es la que
propiamente se llama vitalismo o filosofía de la vida.
EL VITALISMO EN LA HISTORIA
Las
medicinas alternativas funda sus bases en la existencia de la Fuerza o Energía
Vital, concepto nacido de la Filosofía Vitalista que hoy es más comprensible, a
luz de los desarrollos de la Física termodinámica de los últimos veinte años.
Definición de energía:
Vocablo de origen griego: en y ergon: acción.
Poder,
capacidad para producir un efecto, realizar un trabajo, esfuerzo etc. Si
pudiéramos usar una lente de gran aumento, veríamos que nuestro organismo en su
totalidad no es más que un conjunto de átomos, como carbono, oxígeno,
hidrógeno, potasio, sodio, magnesio.
CONCLUSIÓN
Luego de terminar
este trabajo hemos comprendido que el vitalismo es la posición filosófica
caracterizada por postular la existencia de una fuerza o impulso vital sin el
que la vida no podría
ser argumentada.
Se trataría de
una fuerza específica, distinta de la energía estudiada
por la física y otro
tipo de ciencias naturales, que actuando sobre la materia organizada daría por
resultado la vida.
Esta postura se opone a las explicaciones mecanicistas que
presentan la vida como fruto de la organización de los sistemas materiales que le
sirven de base.
INTRODUCCIÓN.
Al
iniciar este trabajo halaremos del vitalismo y que se caracteriza porque es una forma de
irracionalismo, es decir, que niega la primacía de la razón en la Naturaleza y
en las actividades humanas.
También
de que Nietzsche tenía grandes dotes artísticas, y está considerado como uno de
los mejores escritores alemanes modernos.
Y
que el conocimiento y el interés por la
cultura griega, tuvieron un gran papel en su filosofía. Es un gran estudioso de
Platón, Aristóteles, y en general de la cultura griega.
El
tema central de su pensamiento es el hombre y la vida humana y tiene gran
preocupación histórica y ética.
INDICE
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Anexos

Marie François Xavier Bichat. Nació el 14 de noviembre de 1771 en Thoirette, Francia.
Estudió en Lyon
bajo la dirección de Antoine Petit.
En
1793 se
traslada a París,
donde Pierre Joseph
Desault reconoce
rápidamente sus capacidades y se convierte desde entonces en su protector. A la
muerte
de Desault, Bichat completó y publicó su obra.
En 1797 comienza a dar clases de medicina, actividad que a partir de 1800 compagina con su ejercicio como médico del Hôtel-Dieu. Al mismo tiempo, se dedica a la investigación anatómica.
Trayectoria científica
Fue el primer investigador que señaló las distintas texturas de las
diferentes partes del cuerpo y en emplear el término tejido. Aisló veintiún tipos de tejidos en el cuerpo humano y su trabajo se convirtió en la base de la histología y la anatomía patológica modernas. Escribió varios libros sobre las membranas y los tejidos.
Fallece a la edad de 31
años como consecuencia de una herida
accidental, en la sala de diseccion, su muerte
fue retratada en el cuadro Xavier Bichat mourant de Louis Hersent.
Esta enterrado en el cementerio de Père-Lachaise.
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