
La sarcopenia, término acuñado por Irwin
Rosenberg en 1989, se define como la pérdida de masa y potencia muscular que ocurre durante el envejecimiento.
La sarcopenia fue definida como la pérdida de masa muscular, normal e
involuntaria asociada al envejecimiento.
La definición actual de sarcopenia no incluye solamente la pérdida de
masa muscular sino que considera también la pérdida de fuerza muscular y los
cambios cualitativos del tejido muscular (Roland Y et al 2008).
Puede clasificarse en
primaria si no se encuentran otras causas que el propio proceso de
envejecimiento o secundaria cuando se encuentran una o más causas.
La sarcopenia puede aparecer o agravarse coincidiendo con una desnutrición proteico calórica, y por lo tanto asociada a pérdida de peso. Sin embargo también puede encontrase sarcopenia con un peso corporal normal o incluso alto. La obesidad con sarcopenia acumula los problemas asociados de ambos y se ve favorecida por dietas inadecuadas y sedentarismo acusado.
La masa muscular disminuye de forma gradual
un 3-8% cada década a partir de los 30 años, acelerándose este proceso una vez
cumplidos los 60 años. Esto produce una disminución progresiva en la fuerza que
contribuye en gran medida a la discapacidad y a la pérdida de independencia del anciano.
Además, la sarcopenia incrementa el riesgo de caídas y fracturas, lo que
obliga muchas veces a los pacientes a ser hospitalizados. Las complicaciones
que siguen a una caída constituyen la sexta causa de muerte en personas de más
de 65 años. Por ello, la sarcopenia es uno de los principales factores de
riesgo de discapacidad, calidad de vida deficiente, e incluso muerte, en la
población anciana.
La disminución de la masa muscular se
acompaña de otros cambios en la composición corporal, como por ejemplo un incremento progresivo del tejido
graso.
Todo esto se ha relacionado con una mayor probabilidad de desarrollar factores
de riesgo cardiovascular como hipertensión, diabetes u obesidad en la
población genéticamente susceptible (es decir, sus genes hacen que tengan mayor
predisposición a desarrollar esas enfermedades).
CAUSA DE LA SARCOPENIA
La pérdida de masa y potencia muscular que se produce durante el
envejecimiento es consecuencia de la interacción de varios factores, entre los
que destacan los siguientes, que podríamos considerar como causas de sarcopenia:
·
Factores genéticos: existen evidencias suficientes que permiten afirmar que en el
desarrollo de la sarcopenia intervienen factores genéticos. Sin embargo,
actualmente siguen sin ser bien conocidos.
·
Factores del sistema
nervioso central: a medida que una persona envejece pierde
progresivamente unidades motoras de la médula espinal, y esto causa atrofia
muscular. (Una unidad motora es el conjunto formado por un nervio motor y el
músculo al que inerva para producir su contracción).
·
Factores musculares: el paso de los años provoca una disminución de la fuerza muscular que
pueden desarrollar las fibras musculares (calidad muscular) y una reducción del
número de células musculares (masa muscular).
·
Déficit hormonal: el déficit de hormonas sexuales (testosterona, estrógenos) que se produce
con el envejecimiento tiene un gran impacto sobre los músculos y los huesos,
contribuyendo así a la aparición de sarcopenia. Por otro lado, el déficit de hormona de crecimiento también está directamente implicado en el desarrollo de esta
enfermedad.
·
Pérdida de peso: la disminución de peso en los ancianos incrementa el riesgo de desarrollar sarcopenia, ya que cuando un
anciano pierde peso lo hace a expensas de masa muscular más que de tejido
graso.
·
Factores de estilo de
vida: la ausencia de actividad física y el sedentarismo aumentan la
probabilidad de tener más grasa corporal y menor masa muscular, sobre todo en
mujeres. Por tanto, se aconseja llevar una vida activa para disminuir el riesgo
de desarrollar sarcopenia.
CONSECUENCIA
DE LA SARCOPENIA
·
Discapacidad y
dependencia: las consecuencias de la sarcopenia se deben a la pérdida
de masa muscular, de tal forma que los ancianos afectados por esta
entidad son más débiles que las personas con una masa muscular normal.
·
Caídas y fracturas: a los ancianos con sarcopenia y debilidad en las extremidades
inferiores les resulta difícil realizar actividades como la marcha, levantarse
de una silla, subir escaleras, o caminar a un paso ligero y, por lo tanto,
tienen un mayor riesgo de caídas y fracturas.
·
Aumento de la mortalidad y de la necesidad de ingresar en centros especializados: está
demostrada la relación entre la menor masa muscular, la dependencia, la
institucionalización en centros de mayores y la mortalidad.
Por tanto, la sarcopenia es uno de los principales factores de riesgo de
discapacidad, calidad de vida deficiente, morbilidad y mortalidad en la
población anciana.
·
Mayor posibilidad de
desarrollar otras enfermedades: la sarcopenia puede tener repercusiones no solo
sobre el músculo, sino también sobre otros muchos órganos y sistemas. Al perder
masa muscular los pacientes con sarcopenia consumen más proteínas para producir
energía.
·
Alteración para regular
la temperatura corporal: la pérdida de masa muscular puede influir
significativamente sobre la capacidad del or
COMO EVITAR
LA SARCOPENIA
Actividad
Física
·
Se considera que un estilo de vida
sedentario tiene un efecto negativo en distintos ámbitos de la salud. Lo mismo
sucede con la masa muscular que requiere de ejercitarse para
conservar un volumen apropiado y una función normal.
·
El ejercicio de resistencia, es decir,
el levantamiento de pesas (principalmente), es de lo que se ha encontrado más
beneficioso para el desarrollo de la masa muscular. Sin embargo, no siempre
está disponible esta clase de actividad, por lo que actividades que se realizan
cotidianamente puede ser un buen reemplazo, tales como cargar las bolsas del
supermercado.
Aspectos
Nutricionales
·
La prevención de la sarcopenia a través de elementos nutricionales se
ha enfocado principalmente en las proteínas y vitamina D. Sin embargo, existen
pruebas de que otros componentes también pueden ser útiles para este fin, como
los antioxidantes(carotenoides, selenio, vitamina E) y
los ácidos grasos poliinsaturados.
Proteínas
·
La proteína consumida en la dieta
provee de aminoácidos necesarios para la síntesis de
proteínas en el músculo. Las recomendaciones de proteína en ocasiones deben ser
más altas en los adultos mayores para mantener un balance nitrogenado y prevenir
la pérdida de masa muscular.
·
Algunos estudios han reportado que
adultos mayores requieren de 1.0-1.3 g/kg/día de proteína para alcanzar un balance
adecuado. Se sugiere que un consumo de proteína de alta calidad (25-30g) en cada tiempo de comida, puede
ser una estrategia en términos de incrementar la síntesis proteica y
conservación de masa muscular en el adulto mayor.
·
Tratamiento con hormona de crecimiento humana (HGH): aunque en adultos jóvenes con hipopituitarismo (disminución de las
hormonas secretadas por la glándula hipófisis) el tratamiento con HGH sí
aumenta la masa y fuerza muscular, no está del todo clara su utilidad en
ancianos.
·
Intervenciones sobre citocinas y el sistema inmune: se han utilizado algunas sustancias (como la pentoxifilina, la
talidomida o el acetato de megestrol) con la intención de controlar la
producción de citocinas, que son unas sustancias que producen la pérdida de
masa muscular en la sarcopenia.
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